LA FE
Tengan
fe en Dios. Pues les aseguro que si alguien le dice a este cerro: ¡Quítate de
ahí y arrójate al mar, y no lo hace con dudas, sino creyendo que ha de suceder
lo que dice, entonces sucederá. Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan
en oración, crean que ya lo han conseguido y lo recibirán”… Marcos 11, 22-23
Son impresionantes las veces que
se escribe la palabra fe en las sagradas escrituras, es como si Dios dejara más
que implícito que es una actitud fundamental de todo ser humano para estar en
sintonía con su amor y su misericordia. Cuando se lee la biblia y se pide la
unción del Espíritu Santo se abre el entendimiento de cuantas cosas
maravillosas Dios tiene reservadas para
todos los que creemos en él con convicción; plenamente… como suelo
decir, no ciegamente, más bien plenamente. Tener fe es tener la plena seguridad de recibir
lo que se espera: es estar convencidos de la realidad de cosas que no
vemos”. Hebreos 11, 1
Abraham, Moisés, Job, Habacuc, Pablo, fueron personas santas probadas en
la fe de
muchas maneras, más dejaron claro
que su vida estaba y está anclada al amor, la confianza y la misericordia de
Dios Todopoderoso. ¡Que grato es para el Rey de Reyes que sus hijos confíen en él!
, aún en las cortes angélicas, Miguel durante la rebelión de los Ángeles dejó
clara su fe cuando en medio de grandes dudas
y conflictos angélicos dijo en voz clara y potente -¿quién es cómo Dios?;
cuando Luzbel retaba la omnipotencia y el
poder de Dios en el cielo, que grata fue ésta actitud de plena confianza
de un Ángel que aun no teniendo tanta jerarquía en ese momento se engrandeció
ante los ojos de Dios con un acto de fe definitivo, claro, innegable.
Ahora bien hermanos, la vida está cargada de pruebas, todos los seres
humanos somos y seremos probados en nuestra fe, todos tendremos momentos
difíciles en los que miraremos al cielo con desesperación buscando que la carga
que estamos llevando en ese momento se alivie o se elimine. Más yo te digo, que
no tengas miedo cuando esos momentos lleguen, aférrate a Dios, confía en él,
ten fe y piensa que no importa que tan mal se vean las cosas, el Señor está
contigo y te librará de todo mal a ti y a los tuyos si te mantienes firme,
crees en su palabra, en su fidelidad, en sus promesas… en su gran amor.
Igualmente te digo, que no esperes que los momentos difíciles lleguen a tu vida
para mirar al cielo y buscar la presencia de Dios, vivir en él requiere de constancia, esto es, que en los
momentos de tranquilidad y felicidad que seguro vas a tener en la vida, también lo alabes y bendigas su santo
nombre.
Para lograr éste equilibrio espiritual, es necesario mantenerse en
oración, es increíble lo que la oración hace en el alma de un ser humano, poco
a poco sin darse cuenta va sufriendo una
metamorfosis y al pasar el tiempo mira atrás y dice - ¡Dios mío, cuanto he
cambiado!, ¡Dios mío, cuanto me has cambiado!, lo que antes era ya no soy, las cosas que antes me gustaban ahora las
aborrezco, mis intereses y necesidades ya no son las mismos, que paz, cuanto
amor, que hermoso es llevarte en mi corazón …Señor en ti confío.
Es cuando el ser humano puede decir:
¡la crisálida ya se ha convertido en mariposa!!!
Luz Manzano Kienzler
Noviembre, del 2018
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