Neurociencias en el aula: una nueva forma de
mejorar el aprendizaje
Docentes de todo el país recibirán
información sobre cómo aplicar esta disciplina; atrasar el horario de ingreso,
uno de los debates
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LA NACION
MARTES 08 DE
NOVIEMBRE DE 2016
Ejercicios
de equilibrio en el colegio primario Rayuela, en Madrid. Foto: LA NACION
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"La cantidad de jóvenes que en la actualidad se muestran
desmotivados, que no tienen deseos de estudiar o creen que lo que aprenden no
les sirve para nada es preocupante." La definición es de Facundo Manes,
rector de la Universidad Favaloro y presidente de la Fundación Ineco, que tejió
alianzas con el Ministerio de Educación de la Nación y el bonaerense para
introducir las neurociencias en el aula.
Los primeros pasos de este vínculo se darán en poco tiempo, cuando los
docentes de todo el país reciban información sobre cómo aplicar esta disciplina
en su proyecto pedagógico.
El Gobierno creó un laboratorio de neurociencia aplicada a la educación
que incluirá talleres específicos sobre cómo las emociones están relacionadas
con el aprendizaje. Corrientes será la primera provincia en desarrollar un
taller para sus maestros; esa experiencia inicial sucederá en las próximas
semanas. "Involucrar las emociones en el aprendizaje se vuelve fundamental
para motivar, para captar la atención del cerebro y así potenciar y mejorar
habilidades y talentos, o detectar déficits en los niños en los primeros años
de la escuela sin tener que esperar a situaciones casi irreversibles",
dice Manes.
Más notas para entender este tema
Mercedes Miguel, secretaria de Innovación y Calidad Educativa del
Ministerio de Educación de la Nación, plantea la necesidad de "dar luz a
los grises que tiene la pedagogía". No se encierra sólo en la importancia
de instruir a los docentes sobre aspectos neurocientíficos, sino en pensar en
algunas modificaciones del sistema educativo para mejorar la atención del
alumno en el aula.
Una de las cuestiones que desliza es la posibilidad, sin fecha cierta,
de que el horario de inicio de clases matutino del nivel medio se retrase un
poco. "En algún momento tendremos que dar esa batalla", anticipa a LA
NACION la funcionaria.
"Los adolescentes son típicamente búhos. Las agujas de su reloj
biológico apuntan a más tarde", resume el doctor en biología Diego
Golombek. Y da un ejemplo: "En 1996, el Edina High School de Minnesota,
Estados Unidos, pasó de iniciar sus clases a las 7.30, a las 8.20. El resultado
fue muy bueno para sus alumnos".
Golombek hizo ese comentario ante un auditorio que trabaja en la mejora
continua de la calidad educativa: unas 800 personas, entre directores de
escuelas, docentes y personal auxiliar, reunidas por la Fundación Santillana en
su V Congreso de Educación Digital.
Cerebros
dormidos
"En los adolescentes, recién a las 23 empieza la producción de
melatonina, y se detiene a las 8. Recién ahí el cerebro del adolescente está
despierto y alerta. Antes de esa hora sus cerebros están literalmente dormidos.
Hay investigaciones, como A's from Zzzz's, que señala que despertar a un
adolescente a las 7 es equivalente a despertar a un adulto a las 4. En otros
países el cambio de horario de clases está instalado. Acá todavía no",
señalan Florencia Salvarezza y Andrea Abadi, directoras del Instituto de
Neurociencias y Educación y del Departamento Infanto Juvenil de la Fundación
Ineco, respectivamente.
"Hay que generar las condiciones necesarias para desarrollar la
situación de aprendizaje", dice el médico y psicólogo español Tomás Ortiz
Alonso, al disertar en "Cómo llevar las neurociencias al aula", ante
profesionales y estudiantes de la Fundación UADE. Allí presentó el método que
desarrolló y ya se aplica en 30 colegios de su país con buenos resultados:
Hervat, el acrónimo de Hidratación, Equilibrio, Respiración, Visión, Audición y
Tacto.
"Éste es un método que se puede aplicar en niños desde los tres
hasta los 80 años -dice-. Si funciona hay que seguirlo haciendo, y si no, no
hay que hacerlo más." Y advierte: "El aprendizaje es un proceso
lento".
"El gran error de la educación viene de los últimos 200 años: se pasó
de la acción al conocimiento de las cosas. ¿Cómo aprendía un chico a ser
albañil? Haciendo la práctica todos los días. ¿Qué padres tienen un método para
enseñarle a su hijo la lengua propia? Se aprende por repetición: mamá, mamá,
papá, papá", ejemplifica Ortiz Alonso.
A su criterio, "el mismo procedimiento metabólico digestivo se
tiene en el sistema metabólico cerebral. Si como varias veces por día, los
siete días de la semana, debería hacer ejercicios repetitivos, regulares,
precisos y sistemáticos todos los días". Por eso el lunes es tan difícil:
"Si no se hace nada ni el sábado ni el domingo, es un empezar otra
vez".
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Sociedad
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